Los grupos COMFYA continúa su aventura en el Camino de Santiago.

Por COMFYA

Crónica del tercer día.
 
A las 5:30 suena el despertador en el albergue «pasiño a pasiño» de Portomarín. La etapa del día anterior ya había dejado algunas pequeños roces y bambollas y esta etapa Portomarín – Palas del rei se presupone una de las más duras de nuestra planificación. A pesar de que el grupo se mantiene compacto durante los primeros kilómetros la constante subida hace que el grupo vaya separándose poco a poco. Tampoco ayuda como en días anteriores esa niebla que desaparece apenas subimos del valle. Aunque el desnivel no es excesivamente grande no dejamos de subir prácticamente hasta el km 16. En Ligonde nos espera el avituallamiento que hoy agradecemos especialmente porque el tramo ha sido muy duro. Nos reagrupamos y reanudamos la marcha. Nos quedan 8 km pero ya pega un sol de justicia. Finalmente llegamos a nuestro destino. Estamos en el albergue «Castro», agradecemos la calidad de las habitaciones y del servicio de comida que nos han dado. Ahora el merecido descanso y las actividades que cierran el día. Los chicos renuncian a ir a la piscina. Mañana tenemos la etapa más larga y prefieren descansar.
 
Cuarto Día
 
Como de costumbre nos levantamos antes de la salida del sol. Salimos de Palas de rei a Arzua en una etapa denominada “rompepiernas”. Las subidas y bajadas se alternan constantemente, la dureza no es tanto por el desnivel como por la gran distancia. El calor es sofocante y algunos componentes del grupo no pueden seguir el ritmo por molestias físicas. El paisaje es precioso y eso hace que el caminar sea más llevadero. El avituallamiento se realiza en el kilómetro 21 y se agradece mucho porque el tramo que queda se hace más asequible. Al paso del grupo por Ribadiso da Baixo es inevitable que algunos chicos se descalcen y se refresquen en las frescas y transparentes aguas del río que atraviesa esta pequeña población. Al final todos llegamos tras seis intensas horas de ruta. La sensación es de cansancio pero también de que nos queda muy poco y hemos superado lo más duro.
La comida se retrasa un poco porque la llegada al albergue ha sido hacia las dos del medio día y todavía hay que instalarse y ducharse. La tarde transcurre tranquila para los chicos pero los monitores están activos porque hay que comprar víveres tras el fin de semana. También hay que recoger a Veri (director de Villena) y a Rafa que se unen al grupo en este punto. Los momentos de grupo hoy se hacen en el albergue, imposible salir a la calle. La cena de hoy tiene aires gallegos: empanada gallega, tortilla francesa y flan. Tras las buenas noches el descanso.